Definitivamente el problema de nuestro país no es económico, sino ético. Podríamos detallar una larga lista de todo los recursos económicos y naturales con los que todavía cuenta nuestro país, y llegaríamos a la conclusión de que tenemos aún riquezas para salir de todas las calamidades que vivimos y de la crisis económica que nos circunda, e incluso de invertir en suelos recónditos en dónde jamás ha llegado el Estado. Pero nuestro problema es ético, que abarca problemas y acciones desde nuestra casa con la formación de padres y madres de familia, y luego, en el barrio y demás espacios cercanos, a partir de allí, viviríamos con mejores visiones y con grandes acciones, mejores administradores públicos.
Culturalmente: Milton Steer Amell
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