lunes, 15 de noviembre de 2010

¡De este Junior que salgan todos!

El junior es un gran equipo del futbol profesional colombiano y sin duda, es la mejor representación histórica de la costa Caribe colombiana por encima del Unión Magdalena del cual soy hincha, y del Real Cartagena.
Como costeño compartí gran parte de mi juventud precisamente con el equipo barranquillero, ya que me eduqué en la ciudad de Barranquilla e intercalé el tiempo de mis estudios siguiendo al equipo barranquillero desde la tribuna del estadio metropolitano Roberto Meléndez,  tiempo que considero el mejor por que viví el junior de “El pibe”, Pacheco, Mackencie, Valenciano, José María Pasos, etc. Hoy día, este equipo vive un problema particular y es que no podemos encontrar un equipo con buenos jugadores barranquilleros, ni mucho menos con una escuela que muestre su producto.
En el  Junior de hoy se necesita salir de la nómina actual, incluido el técnico, ya que tiene jugadores costosos sin buen rendimiento, escasamente sobresalen en algún momento o en algún partido,  cosa que no amerita su pago, ni mucho menos, su paso por el equipo tiburón.
El otro detalle del equipo es que toda vez que sale de su patio un arquero bueno, éste termina ser reemplazado injustamente por algún arquero extranjero, sin oportunidades en la continuidad, como es el caso del portero actual. Entonces me permito concluir, que el problema está en la administración deportiva.
Atte. Milton Enrique Steer Amell

lunes, 8 de noviembre de 2010

EL VALOR DE EDUCAR

Fernando Savater, en su libro "El valor de educar", nos habla de los distintos puntos que aqueja a la educación, teniendo en cuenta educadores, educandos y el núcleo familiar. Para el desarrollo de esta obra, el autor se basa en conceptos y teorías de diferentes especialistas, escritores, sociólogos y demás, analizando y creando la solución al problema.
En el primer capítulo nos habla sobre el verdadero significado del término "humano": todos nacemos humanos, pero debemos tener presente que hay un proceso desde ese mismo momento para poder llegar a hacer una construcción familiar, social y personal del hombre.

Desde el mismo momento en que nacemos, nuestros instintos nos llevan a realizar acciones, ayudados por las enseñanzas de nuestra madre, logrando en nosotros un aprendizaje. Es así como necesitamos de los demás para desarrollarnos en el medio. Es a través de las demás personas como conocemos el significado de las cosas.

Según la evolución cultural de las comunidades, los conocimientos se van haciendo más abstractos y complejos, por ende es difícil o imposible que cualquier miembro del grupo pueda enseñar suficientemente. Se ve la necesidad de la existencia de Instituciones Educativas que logren enseñar las diferentes materias académicas, las cuales no pueden ser aprendidas en la familia. Así mismo, se procura el fortalecimiento personal de los educandos en valores y demás falencias que aprenden de la calle.

Resalta a Jhon Passmore, quien afirma que hay dos tipos de capacidades: las  cerradas y las abiertas. Las cerradas son estrictamente funcionales como andar, vestirse, las cuáles pueden llegar a dominarse por completo de modo perfecto y a diferencia de las segundas, que son de dominio gradúa. Estas nunca terminamos de aprenderlas, como hablar, razonar, ser consciente de lo que aún nos queda por saber.

Se distingue el aprendizaje familiar en el sentido que cumple sus objetivos porque sentimos miedo de perder el cariño de las personas con las cuales no podemos sobrevivir. Ante esto afirma Goethe: "da más fuerza saberse amado que saberse fuerte. La certeza de amar cuando existe nos hace invulnerables". 

Y es la felicidad familiar una de las capacidades abiertas, su educación constituye un serio problema para la escuela y los maestros. Anuncia así Juan Carlos Tedexco: los docentes perciben y van a la escuela con un núcleo básico de socialización insuficiente para encarar con éxito la tarea del aprendizaje. Es así que los padres no ejercen su autoridad y no logran socializar al niño, entonces consideran que la escuela es la que deben formarlos, por eso, cuando las instituciones públicas se ven obligadas a imponerles el principio de la realidad, se pierden los objetivos, se  pierden los objetivos, ya que resultan siendo seres que no se dejan enseñar.
Culturalmente, Milton Steer