Al iniciar el nuevo año
escolar son muchos los cambios que se presentan en torno al proceso educativo
que debe impartirse y que pensando en el mejoramiento continuo hacen del
quehacer pedagógico una actividad cada vez más comprometida en el docente y en
el estudiante como ente vivo y constructor de una sociedad desenfrenada en
algunos campos.
Hoy quizás, y más que nunca,
se necesita del papel entusiasta de un docente íntegro, objetivo y actualizado
no solo con las exigencias y lineamientos que emana el Ministerio de Educación
Nacional y el mundo académico y administrativo en general, sino con los cambios
tecnológicos y en especial todos los cambios sociales y culturales que nutren la existencia
de los individuos en cada rincón geográfico de nuestro país.
Es evidente ofrecer al
alumno las pautas, los conocimientos, las normas y conductas deseadas que marcarán de forma constructiva e íntegra su persona
como alumno y mañana como profesional comprometido con su familia y su entorno
social. Es por ello que se hace necesario en el estudiante portar desde el
primer día de clases aquella cajita de herramientas, que de manera
imprescindible debe de estar ocupada en gran espacio por una buena actitud del
alumno, ésta es una gran herramienta que hará de forma fácil, dinámica y
enaltecedora un gran educando, ya que ayuda a un mejor desempeño en las clases
y en la casa, lo que se verá reflejado en los informes académicos y
disciplinarios que se hacen de forma periódica. Una buena actitud hacia el
estudio le proporciona entonces, éxitos en la vida.
Otras herramientas que deben
contener la caja son los valores éticos y morales que hacen la muestra de un
alumno respetuoso y competente en lo ciudadano, lo que lo llevará en su larga
formación a diferenciarse de aquellos individuos que por diferentes motivos, a
veces por problemas económicos o familiares, no eligen asistir a colegios o
escuelas y se caracterizan en general por su mal vocabulario, poseedores de
malos ademanes, y que terminan casi siempre cayendo en situaciones de adicción
a las drogas, alcoholismo, prostitución, vandalismo, problemas familiares,
jurídicos, de malos vicios, y fracasos personales. Un alumno muy bien formado y
competente en lo ciudadano es aquel que aparte de mostrar un claro y buen
comportamiento en la escuela y fuera de ella, es capaz de ayudar a aquellos
amigos, familiares y demás individuos con problemas, y dar un buen consejo o
compartirle su conocimiento para así mejorar su contexto social y contribuir al
cambio en general.
Articulo elaborado por: Milton Steer Amell. Licenciado en Ciencias Sociales
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